lunes, 13 de julio de 2009

Lo que haria Budde


Autor: Paul Sottosanti

Web Original: Star City Games

Traductor: Metropolis Usera



Creo que todos los jugadores de Magic se preguntan en alguna ocasión en qué medida influye la suerte en el juego. Quizá cuando algún chaval del que nadie ha oído antes nada gana un Pro Tour o un Grand Prix, quizá cuando intentamos justificarnos de porqué deberíamos seguir jugando a este juego.

Después de todo, ¿Por qué seguir jugando si es todo suerte? Quizá apostar sería más adecuado, ¿Me equivoco?

Por supuesto, como muchos otros han apuntado, jugadores como Finkel o Budde han constatado que no hay tanta suerte envuelta en el juego como pensamos. Estoy aquí para adivinar cómo lo hacen.

Hay miles de decisiones en cada juego de Magic - algunas obvias, otras no. ¿Juego una tierra o no? ¿Qué tierra? ¿En mi primera o segunda fase principal? ¿Cuándo juego mis hechizos? ¿Cómo giras mi maná? ¿Bloqueo doble? ¿Y si tiene un hechizo tipo crecimiento? ¿Cómo divido el Realidad o ficción?

De acuerdo, pararé.

Dividamos las partidas de Magic que juegas en tres grupos distintos:

En el grupo A están las que son absolutamente inganables. Si robas una tierra y nueve hechizos, incluso la jugada perfecta no te llevará a ninguna parte en este tipo de partidas.

En el grupo C están las partidas que son prácticamente imperdibles si nuestro nivel de juego aunque básico es correcto. Quizá tu mazo es mucho mejor que el del rival, o él se ha atascado, o has robado las cartas justas y él no. Mientras juegues tus criaturas y hechizos, ganarás automáticamente ese tipo de partidas.

Pero el grupo interesante es el del medio, el B. Lo forman esas partidas que pueden ser ganadas o perdidas dependiendo de sutiles diferencias en la forma en que juegas. Estas partidas en las que, tras perder, te obligan a quedarte sentado pensando "Quizá si hubiese aguantado la partida en lugar de ir a la carrera podría haber ganado...". Ésas están en el grupo B. Partidas que se deciden en cómo cambias cartas con el banquillo, cómo atacas o bloqueas, cuándo juegas los hechizos, cómo giras las tierras, los faroles; cualquier detalle o todos juntos pueden decidir el porvenir de la partida.

La pregunta es, ¿Cómo de grande es este grupo?



De acuerdo, descartando los drops y el corte para el día dos, el jugador medio de Pro Tour obtendrá un 7-7 (siete victorias y siete derrotas de ronda). Kai, por otro lado, probablemente promedie algo así como un 10-1-2 (diez victorias, un empate y dos derrotas). Si asumimos que Kai gana todas las partidas de los grupos B y C (todas las que podría haber ganado jugando perfecto), mientras que el jugador medio obtiene la victoria en la mitad de las partidas del grupo B, obtenemos que más o menos ocho o diez rondas se deciden por partidas del grupo del medio.

No son ciencias exactas, pero sirve para ilustrar cuántas partidas pueden ser ganadas por el buen juego, o quizá el juego perfecto (jugadas que están muy por encima de lo que la mayor parte de las personas, incluyéndome, podrían sacar).

Entonces, ¿Qué hace Budde? Obviamente no "ha tenido simplemente suerte" en cinco Pro Tours. Y tampoco es un marrullero, como demostró contra Svend Geersten en el PT Niza: Budde le dejó poner un contador en el Vampiro Arrepentido un turno más tarde, incluso después de que el juez Rune Horvik dijese que era demasiado tarde para alterar la partida. Este acto de caballerosidad le costó, no sólo la primera partida, sino la ronda. (Merece también mención que Brian Kibler concediese la partida a Pierre Malherbaud con daño letal en la pila para que pudiese pasar al segundo día, un gesto admirable, no sé si yo mismo podría hacer eso, aunque imagino que es más fácil ceder puntos DCI cuando estás en el gravy train).

Y no creo que nadie considere a Kai un tramposo.

La respuesta es: es así de bueno. No existe el jugador perfecto, pero Budde aparentemente está más cerca de ese estado que lo que ningún otro jugador lo ha estado nunca. Y los resultados son impresionantes.

Asímismo, creo que a ese nivel le ayuda también su temible reputación. Los oponentes de Budde en las primeras rondas de un Grand Prix o un Pro Tour no suelen estar acostumbrados a jugar contra el mejor del mundo. Cometerán errores. Se autocuestionarán pues Budde está al otro lado esperando a reirse de su estupidez (al menos eso es lo que su voz interior les dice). Esa reputación seguramente le dé una o dos rondas en un torneo largo.

Pero el resto es pura habilidad no adulterada.

La gente habla sobre cómo los Pros parecen topdeckear la carta que quieren justo cuando lo necesitan (Kai, en particular, tiene un amplio repertorio de topdecks en el último año). Los Pros, obviamente, no tienen el poder de subir las cartas a la parte superior de su mazo, así qué ¿Cómo lo hacen? Un buen ejemplo lo tenemos en la cobertura de Aaron Forsythe de uno de los Feature Matches del Pro Tour de Niza. Aquí tenemos un amplio extracto de la misma:

"Bram hizo tres daños por arriba, dejando a Fung en dos. Después se giró para jugar unas Pérdidas aceptables sobre el Mestizo de Fung.

"En este punto se pone interesante. Fung tiene dos carta en su mano: una Explosión de músculo (+4/+4) y otra carta al azar. Bram está a once y no tiene bloqueadores; sólo le queda un Aven alaceleste con un Garrote (+1/+0). Fung tiene, además del Mestizo, un Petravark y un Elefante rabioso, cuatro bosques y una montaña.

"¿Debería Fung salvar el Mestizo con el Estallido?

"Fung lo hace, convirtiéndole en un 6/6 con cinco daños. Bram sacrifica el Garrote y Fung descarta su última carta.

"Fung endereza; podría atacar a Bram hasta dejarle en cuatro, pero si robase un Temperamento ardiente podría jugarlo con la Demencia, haciendo al Mestizo 3/3, consiguiendo justo once daños. Robó...

"Un Ataque sónico. Lo triste es que si Fung no hubiese salvado el Mestizo, hubiese ganado con el Ataque. Habría atacado con el Elefante y el Petravark, haciendo cuatro daños más con el Estallido y jugado el ataque Sónico descartando su otra carta.

"Había otras dos cartas relevantes en el mazo de Fung que podría haber robado - una era Arquera krosana, que le hubiese impedido morir en el siguiente turno con el Aven. No está muy claro qué impacto hubiese tenido en este caso el salvar o no el Mestizo. La otra posibilidad era robar un Gato de fuego párdico, que le hubiese dado la partida si NO hubiese salvado el Mestizo: 3 del elefante + 2 del Petravark + 2 del Gato + 4 del Estallido = 11.

"La moraleja es que importa mucho conocer tu mazo y saber cuál es el camino más probable hacia la victoria. En este caso, Fung podría haberse dado cuenta de que había una carta que le daba la partida si salvaba el Mestizo (el Carácter ardiente), dos que le daban la partida si no lo hacía (Gato de fuego párdico y Ataque sónico) y como veinticinco que no importaban. Lo que ocurrió en realidad fue que Fung sí recordaba el Carácter pero no las otras dos, por lo que tomó su decisión basándose en esa información incompleta.!.

No creo que Fung sea un mal jugador por esto - ¡Lejos de eso! Hizo lo que la mayoría de las personas hubiesen hecho. Pero podría argumentar que Kai, en la misma situación, hubiese conocido lo que tenía su mazo y elegido no salvar al Mestizo. Kai podría haber ganado la ronda; Kai podría haber hecho Top 8 desde esa posición.

... Y para los espectadores, hubiera parecido un afortunado topdeck del Ataque sónico.

Los mejores Pros son capaces de posicionarse en situaciones donde la carta que roben tenga las mayores posibilidades de darles la partida. La razón por la que peores jugadores no llegan a ese topdeck es porque no llevan el juego a esa posición donde los topdecks importan. ¿Cuántas veces has robado una carta que parece buena en la situación en la que estás pero no tan buena como para darte la partida? A mí me ha pasado. Quizá si hubiese jugado los dos últimos turnos de otra manera, esa carta hubiese sido desequilibrante...

La aplicación más sencilla de esto se da en esos mazos de Limitado que tienen una bomba como la Ira de Kirtar. Digamos que has robado nueve tierras y tres hechizos y estás prácticamente destinado a perder la partida. No sería una mala idea en este caso jugar y tomar decisiones como si la Ira estuviese en la parte superior de tu biblioteca. Si no estás, vas a perder igual. Es la única carta en tu baraja con el suficiente potencial como para cambiar el rumbo de la partida. Y cuando todo el mundo alrededor diga "¡qué suerte!", quizá no sea sólo eso. Quizá el hecho de que tú hayas aguantado una criatura -que no hubiese dado la vuelta a la tortilla en cualquier caso- marque la diferencia después de que hayas robado esa milagrosa Ira.

Todo el mundo puede jugar correctamente las partidas de los grupos A y C. Si esa Ira nunca estuvo cerca de la parte superior de tu biblioteca, esa partida estaría en el grupo A. Si eres tú el que roba de vicio y tu oponente nada, estaríamos hablando de una partida del grupo C. Pero en una partida en la que tu estás ganando y tu oponente roba su bomba, estamos en el grupo B (especialmente si sabías previamente a qué atenerte). ¿Jugaste como si esa carta estuviese justo arriba de su biblioteca?

¿No?

Entonces toca perder.

¿Qué hubiese hecho Kai? Hubiese hecho todo lo posible por maniobrar hacia una posición en la que todavía la victoria sería suya aunque esa carta sea robada. ¿Sabes que tiene un Alzamiento y tú una enorme Ventaja de criaturas? Quizá deberías jugar un Carnicero a una criatura propia. Cosas más raras se han visto. Un "Seguro contra Alzamientos" puede garantizar una victoria.

Todavía recuerdo un Draft por parejas que hicimos en la casa de Dhuse, jugando él con Mike Turian y yo con Eugene Harvey (ndr.: el actual Campeón Americano). Yo jugaba contra la azul/blanca de Dhuse con Alzamiento. En la primera partida, Dhuse me ganó atorando el juego y jugando un Alzamiento con un montón de maná en su reserva. Yo no pude hacer nada.

En la segunda partida, metí de banquillo algunas cartas buenas en el enfrentamiento entre barjas de Control. Me puse en una posición de victoria e incluso pude jugar unos Sueños insidiosos de dos para asegurarme de que nada podía ir mal. Pensé qué colocarme y finalmente decidí poner un Carnicero arriba y no sé qué carta debajo. Finalmente le quité una criatura y le gané.

Lo que Eugene mascullaba detrás de mí (aunque no me lo pudo decir hasta acabar la ronda) era que estaba allanándole el camino al Alzamiento. No sólo me había descartado de una Sangre Inocente, la mejor carta anti-Alzamiento de mi baraja, para jugar los Sueños, sino que además le había retirado con un Carnicero una criatura. Me hubiese enfrentado a una posición de derrota si él hubiese robado el Alzamiento. Por suerte no lo hizo, y todo se decidió en la tercera partida.

(Nótese que estoy contando esto con el beneficio del análisis posterior. En el momento no tenía ni idea.)

Tenía una mano increíble en la tercera partida, con un montón de voladores y algo de antibichos y pronto gané el control de la partida, pues él parecía tener sólo un Acuamiba y muchas tierras. Como el Acuamiba no podía bloquear a los voladores, pegaba cada turno y yo no quería bloquear con los voladores que jugaba para no retrasar la victoria. El tenía suficientes tierras como para hacerlo 3/1 y bajar tierra todos los turnos hasta dejarme en once. El siguiente turno bajé un Azotaalmas con suficientes voladores como para matarle en el siguiente turno. El Acuamiba pegó de nuevo, así que decidí no bloquear asumiendo que unos pocos puntos no importarían y no quería darle a él seis más (tres vidas de la pesadilla y los tres daños que no haría el siguiente ataque.)

Podéis imaginar lo que ocurrió. Me dejó en once, se subió maná a la reserva y jugó el Alzamiento, devolviendo el Acuamiba al juego. Yo no tenía la Sangre Inocente en la mano, y de repente la partida irremontable había sido remontada. No me recuperé y perdí en pocos turnos con todos mis caros voladores acumulados en la mano.

Me merecía la derrota y me merecía la lectura que hizo Eugene después sobre mis errores. Dada mi posición en la mesa, debería haber bloqueado antes al Acuamiga -al menos con el Azotaalmas, si no antes. Normalmente no hubiese importado, pero yo no jugué como si una de sus cartas fuese el Alzamiento. Y por eso, perdí una partida que estaba casi en el grupo C. En la segunda partida casi tiro una partida casi ganada por retirarle del juego la criatura con el Carnicero. Probablemente me hubiese podido permitir retirar una propia. Este es uno de los mejores y más tristes ejemplos sobre cómo jugar no en torno si no hacia la boca del lobo de una bomba del rival. Afortunadamente, ganamos el draft gracais al poder de la tremenda Roja/Verde de Eugene.

Posiblemente no olvide la partida en mucho tiempo, y estoy seguro de que no repetiré ese mismo error.

Lo que sí hubiera hecho Budde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario